El futuro de Xavi Hernández es incierto. Más allá de la abultada derrota ante el Real Madrid en la final de la Supercopa de España y la pobre imagen ofrecida en los últimos duelos, el técnico azulgrana está en entredicho desde su fichaje.
El motivo no es otro que no ser de la terna de Joan Laporta, que únicamente accedió a su contratación por petición masiva de los aficionados y para anotarse un punto. No era su entrenador ideal y sí el de la competencia para la presidencia.
Con Deco a los mandos de la dirección deportiva, la opción que más gusta a Laporta, más allá del interés en Rafa Márquez por parte del portugués, sería Thiago Motta. El que fuera futbolista azulgrana durante seis temporadas entre 2001 y 2007, y previamente canterano, es en estos momentos el caballito ganador de Guardiola.
A sus 41 años está entrenando en Italia al Bologna, que está firmando un temporadón y está a un punto de los puestos europeos. Lo mejor es que acaba contrato el próximo verano, por lo que no habría que gastar un sólo euro en su fichaje de cerrar ya su fichaje.
Xavi ya mira al futuro pensando en un nuevo destino, y es que de no ser por la economía frágil del Barcelona, ya estaría despedido, pero no hay dinero para finiquitos. Salvo debacle aguantará hasta final de curso, y será entonces cuando Thiago Motta podría relevarle. Las conversaciones con el italo brasileño han comenzado.