El pasado 1 de octubre el organizador del Mundial de Qatar, Hassan Al Thawadi, declaró al diario argentino, La Nación, que “ver a Messi levantar el trofeo en la que podría ser su última Copa del Mundo sería algo realmente especial” para ellos «como organizadores». Más de un mes después los deseos de los máximos dirigentes de la competición se han cumplido.
El secretario general del Comité Supremo de Entrega y Legado del Mundial Qatar 2022 también admitió lo emocionado que estaba por ver a su ídolo jugar la competición que él organiza: “Messi es una superestrella mundial que será uno de los aspectos más destacados del torneo. Estoy muy emocionado de verlo jugar en Qatar”.
Hassan Al Thawadi también acertó con qué selección extranjera irían sus compatriotas después de su país. El mandatario declaró que Argentina sería “probablemente el segundo equipo” más apoyado por la afición local como, efectivamente, ha terminado pasando.
Estas declaraciones tan descaradas por parte del máximo organizador de la competición ahora se ven envueltas de más polémica tras las desacertadas decisiones arbitrales que han beneficiado a la Albiceleste durante toda su estancia en Qatar. El último error arbitral a favor de Argentina fue conceder el crucial gol que supuso el 3-2 de Messi en la final, que era ilegal por la invasión de campo de sus compañeros del banquillo antes de que el balón entrara en la portería y que el VAR no revisó.