El desastre de Bélgica en el Mundial, después de caer eliminada en la fase de grupos, se cobra su primera víctima, Robert Martínez, el seleccionador.
Después de llevar a lo más alto al combinado belga, desde que cogiese las riendas en 2016, el técnico asume el error en la convocatoria y en el juego mostrado en Qatar, por lo que en la rueda de prensa posterior al empate ante Croacia que les dejaba fuera del torneo ha presentado su dimisión.
Aunque ha justificado que la decisión estaba tomada antes del Mundial, lo cierto es que de haber jugado otro papel su continuidad hubiera sido posible. “Este fue mi último partido. Es muy emocionante… No puedo seguir. Me despedí de los jugadores y del personal. Incluso si nos hubiéramos convertido en campeones del mundo tenía pensado irme. Tomé esa decisión justo antes del Mundial” afirmó.