La Juventus de Turín apostó fuerte el pasado verano por el regreso de Paul Pogba, futbolista que aterrizó por segunda vez en Turín tras finalizar contrato con el Manchester United. Aunque hubo opciones de recalar en el Real Madrid, Florentino no quiso saber del tema y mucho menos, cuando por aquel entonces gestionaba la carrera del francés el difunto Mino Raiola.
Allegri lo pidió de vuelta como buque insignia y para ser el alma máter de la Vecchia Signora, por lo que se procedió con su fichaje, realizando un importante sacrificio económico dado que varios clubes también querían al centrocampista. Firmó contrato hasta 2026, es decir, por cuatro temporadas, y todo apunta a que en este segundo ciclo, apenas habrá aportado nada.
Llegó lesionado procedente del United, y aunque parecía que eran unas molestias en el muslo que desaparecerían pronto, siguen dichas molestias y el jugador no ha disputado un solo minuto en lo que llevamos de curso. Allegri en su última comparecencia señala como dos o tres meses la fecha estimada de vuelta al césped del francés. Es decir, podría estar listo para los últimos duelos de la temporada, sin duda un fracaso estrepitoso de la dirección deportiva bianconera. Y qué decir de Pogba, un futbolista llamado a marcar la diferencia y que marcha sin frenos y cuesta abajo hacía el final de su carrera, siguiendo el camino que otros grandes futbolistas también decidieron coger.
Con un salario de 8M€ netos por temporada, el fichaje de Pogba es una sangría para las cuentas y más pensando en que este primer año será inédito. En el Real Madrid celebran no haber entrado en la puja por su fichaje, que hasta la fecha sin duda ha sido un mal negocio, primero para el United y ahora para la Juventus.
Muchas son las voces en el nuevo organigrama que esperan la recuperación pronta del futbolista, para intentar colocarlo a la primera de cambio.