Neymar Jr. decidió salir del PSG rumbo a Arabia Saudí el pasado verano. El Al Hilal fue su pasaporte de salida de París y decidió comprometerse hasta 2025, pero cayó lesionado de gravedad a las primeras de cambio.
El brasileño, a sus 32 años, en fase de recuperación, ha conseguido desesperar a la directiva saudí, y es que viendo como lleva este proceso, jugando a póker y sin cesar en su actividad festiva, todo el mundo piensa ya que ver al futbolista en acción es una utopía.
Al menos en una versión prime, digna para la competición saudí. Es más, desde el entorno del jugador, ya se empieza a rumorear con el plan de retirada del brasileño, y es que con el dinero generado y las inversiones, podría vivir de las rentas como se dice coloquialmente.
La cabeza del futbolista no está centrada en el deporte y mucho menos tras meses de inactividad, e incluso años si sumamos sus últimas lesiones con el PSG, también de larga duración.
El ex de Santos y Barcelona, de haber podido firmar una meteórica carrera, pasará por la historia del fútbol como aquella estrella que pudo ser y nunca fue. El Al Hilal busca un recambio para el futbolista e incluso valoraría rescindir su contrato un año antes de lo previsto.