Aunque el plan inicial de Luka Modric con el final de su carrera era otro, ya que tras agotar al máximo su etapa en el Real Madrid tenía pensado un retiro dorado, el centrocampista se lo ha pensado mejor.
Después de ver la salida de su amigo y compañero Toni Kroos el pasado verano y tras haber vivido de primera mano el adiós de Jesús Navas en el Bernabéu con el Sevilla, el internacional con Croacia valoraría seriamente una despedida de leyenda en el feudo blanco con el final de esta temporada, su última según su actual contrato.
Ya no habrá más renovaciones y con 39 años, camino de los 40, tocará colgar definitivamente las botas y hacerlo como leyenda blanca del madridismo.
El Como de Cesc le habría ofrecido seguir jugando uno o dos años más en la Serie A, al igual que su amado Dinamo de Zagreb, que soñaba con el regreso de su hijo pródigo. El problema es que los años pesan y jugando con asiduidad gracias a la confianza de Ancelotti, parece que la etapa de Modric finalizará a la par que este curso con el Real Madrid.
Esta temporada suma 18 partidos disputados en LaLiga, 6 en Champions, en los que ha podido participar con una asistencia. El nivel de minutos ha descendido considerablemente, pero actúa como jefe del vestuario con los más jóvenes antes de salir por la puerta grande del Bernabéu.