Mucho se habló en su momento sobre si era o no un fichaje necesario Kylian Mbappé para el Real Madrid. Recordemos que el francés rechazó no una, si no hasta en dos ocasiones al club blanco para prolongar su estancia en el PSG.
Cuando parecía que el tren de Chamartín había pasado para el delantero galo, Florentino Pérez, empecinado en el fichaje del goleador se quitó la rabia por la humillación sufrida meses atrás para cerrar su contratación.
Sin duda un fichaje que se sabía que podría dinamitar un vestuario que era una piña y caminaba con paso firme y puño de hierro por LaLiga y Champions, ya que en ambas se proclamó campeón durante la pasada temporada.
Con Mbappé obligado a ser titular, Ancelotti, que no había demostrado hasta entonces ser más que un buen gestor, se ha tenido que inventar alineaciones para cuadrar a todas las piezas de ataque, cuando sabía que el puesto natural del francés es el extremo zurdo, donde ya estaba y está Vinicius. Tocaba poner al francés de “9”, y al no ser delantero centro, hace aguas, más allá de que pueda marcar más o menos goles.
Daños colaterales, muchos, empezando por un Bellingham que no sabe donde juega, y que tampoco encuentra su sitio en el sistema. Sin Kroos, Valverde apuntaba a su recambio, pero el charrúa encadena partidos buenos con otros para el olvido, al tener también que ver modificada su demarcación natural de centrocampista por la de extremo. Luego están Tchouaméni y Camavinga, que han pasado a no enterarse de a qué juega el equipo y deambulan por la medular.
Por si eso no fuera suficiente, ya no queda nada de aquellos Militao y Rüdiger que eran un cerrojo para los ataques rivales, incluso se echa en falta a un tal Nacho. Y para rematar, las lesiones de Courtois y Carvajal.
Momento difícil para un Real Madrid que ve como se le pueden escapar todos los títulos antes de mitad de curso y cuando apuntaba a mandar en Europa. Goleado por Barcelona y Milán, el Real Madrid no carbura y como ocurre en estos casos, el primero en salir por la puerta apunta a ser el entrenador, Ancelotti, sentenciado desde el mismo momento que Mbappé llegó a la capital de España.