El Manchester United lleva años dando vueltas en círculo. Cada temporada arranca con una ilusión renovada y termina en decepción. No hay proyecto que sobreviva lo suficiente como para mostrar resultados. Y esa impaciencia crónica ya forma parte del problema.
Sin rumbo desde hace más de una década
Desde que José Mourinho se fue en 2018, nadie ha logrado levantar al equipo. El club no ha vuelto a superar los 80 puntos en liga. Ni siquiera Solskjaer, pese a haber terminado segundo y tercero en sus mejores años, logró cambiar la dinámica. Su estilo cauteloso no encajaba con el peso histórico de la institución.
La apuesta por Erik ten Hag en 2022 parecía valiente. Venía con prestigio tras su brillante etapa en el Ajax. Pero el contexto en Inglaterra fue diferente: fichajes caros que no dieron la talla, decisiones cuestionadas y un equipo que nunca terminó de arrancar. Ganó una copa y quedó tercero en su primer año. Pero el desplome de la 2023/24 (octavo en liga) le cerró la puerta.
Ten Hag fue despedido antes de cumplir su tercer año. Ferguson, en su día, tardó seis en ganar la Premier. La comparación habla sola.
Amorim no encuentra la fórmula
Con Sir Jim Ratcliffe ya en la toma de decisiones, el elegido fue Rúben Amorim. Un técnico joven, de ideas diferentes, pero que heredó una plantilla construida por otro. Su llegada no cambió el panorama: el equipo cayó hasta la 16ª posición. El peor registro liguero en décadas.
Amorim se ha limitado a apagar fuegos. Llegaron retoques en invierno, como Patrick Dorgu, pero su plan real comenzará este verano. Hasta ahora ha jugado con cartas marcadas.
El verano, última esperanza
En los próximos meses, Amorim podrá construir un equipo a su medida. Si no logra encauzar el rumbo, el ciclo volverá a empezar. Otra vez. El verdadero problema no está en el banquillo. Está en la falta de coherencia, de paciencia y de visión a largo plazo.
El United no necesita más entrenadores. Necesita un proyecto con identidad y tiempo para crecer. Mientras eso no ocurra, seguirá perdido en su propia historia.