El pasado martes, cerca de completar la primera hora de partido en Stamford Bridge ante el Bournemouth, Reece James cayó al césped tras una jugada disputada con Jaidon Anthony, lo que le obligó a llamar a los servicios médicos del club para atenderle en el sitio. De inmediato, el entrenador del cuadro londinense, Graham Potter, ordenó reemplazarle. Más tarde se confirmarían sus temores: una nueva lesión en la rodilla derecha.
El internacional inglés, a través de sus redes sociales, se ha lamentado por todo lo que ha sufrido a lo largo del año: “2022 ha sido el año más duro hasta la fecha. Naturalmente, me ha afectado mentalmente, actualmente solo estoy tratando de lidiar con las cartas que me han repartido”.
Por su parte, Potter también se expresó admitiendo su preocupación por la situación: “Tendremos que ver en las próximas 24 a 48 horas. Por el momento es demasiado pronto, pero sintió algo en la misma zona. Estamos preocupados, así que esperaremos para ver el alcance y cruzaremos los dedos”.