La baja por lesión de Raúl Jiménez pone en serios problemas al Wolverhampton, que pierde a su delantero más letal. En vistas a la próxima apertura del mercado de fichajes de invierno, han puesto sus ojos en un jugador del Valencia: Maxi Gómez.
El atacante charrúa es la opción elegida por Nuno y la directiva de los Wolves para reforzar su línea de ataque. Aunque desde el club blanquinegro le pusieron una cláusula de rescisión de 140M€, la realidad es que las necesidades económicas del club les obligarían a aceptar su salida por un precio inferior.
Ya el pasado verano el West Ham estuvo cerca de llevarse al ariete uruguayo, por lo que habrá que estar muy atentos a cualquier movimiento. Desde Inglaterra señalan que el Wolverhampton podría poner sobre la mesa 40M€ para hacerse con el pase del jugador, cifra que aceptaría Anil Murthy para continuar con su plan de saneamiento y que está sacando de la plantilla a los efectivos más valorados desde hace meses.