El Atlético de Madrid debe de estar sumamente agradecido al FC Barcelona y es que en los últimos años, el equipo azulgrana ha visto en club rojiblanco un buen destino para colocar alguna de sus piezas consideradas descartes.
El primero de esta lista sería David Villa, quién después de dos temporadas exitosas en el club catalán, consiguiendo dos títulos de LaLiga, fue considerado un problema para la escuadra entonces entrenada por el Tata Martino, que al tener en su plantilla al recién fichado Neymar situó al asturiano en la rampa de salida. El Arsenal estuvo a un paso de firmarlo, pero apareció el Atlético y los azulgranas no dudaron en enviarlo al Calderón. Aquel curso, el Atlético logró el título de LaLiga con Villa como protagonista. La operación tuvo un coste final de 2,5M€, una cifra simbólica puesto que el delantero ya no actuó en una segunda temporada como estaba previsto, impidiendo así a los culés cobrar un mayor precio por el traspaso.
El segundo fue Luis Suárez, jugador que aterrizó en el Metropolitano después de que Koeman le señalase el camino a la salida. El charrúa, que venía de firmar grandes hitos con los azulgranas, fue uno de los señalados por las derrotas del Barcelona en la temporada y que significó una temporada en blanco. Tal era el afán por sacarlo del equipo, que fue prácticamente regalado al Atlético, por una cifra de 5M€ y otros 6M€ en variables. El delantero fue el máximo goleador del club colchonero y pieza clave para sumar un nuevo título de LaLiga a las vitrinas rojiblancas.
Cuando parecía que una historia así nunca se repetiría, el Barcelona completó ayer, último día del mercado de fichajes el que será hasta la fecha como el tercer regalo al Atlético de Madrid, un rival directo por el campeonato doméstico, devolviendo a Antoine Griezmann a la tutela del Cholo Simeone. Después de abonar cerca de 135M€ por el pase del francés, dos años después éste retorna a la capital de España, cedido y con opción de compra obligatoria por una cifra muy inferior a su precio de mercado, 40M€. El final de la película aún está por ver, pero quizá este nuevo “obsequio” por parte de los azulgranas termina en un tercer título de LaLiga para el Atlético de Madrid. Revisando los antecedentes, no sería de extrañar.