Tras la marcha de Cristiano y una vez se produjo el regreso al banquillo de Zidane en su segunda etapa, el Real Madrid confirmó que haría una renovación completa de la plantilla. De aquello ya hace más de dos años, pero la realidad del mercado y la situación actual del equipo, obligan a la directiva a tomar decisiones drásticas, por lo que después de no haber llevado a cabo dicha “limpia” del plantel, este verano es el momento idóneo para activarla.
La mitad del equipo blanco está en el mercado y jugadores como Lucas Vázquez o Ramos, podrían salir a coste cero al finalizar contrato. Otros como Isco, Marcelo o Bale, son descartes asegurados, al igual que Odriozola y Mariano. De todos ellos, parece casi improbable que pueda continuar alguno.
En duda pero con muchas opciones de salir también aparecería Varane, que acaba contrato en 2022 y no quiere renovar, lo que obliga a la entidad a negociar su traspaso.
Luego están los cedidos, como Jovic, Ceballos, Odegaard y Brahim. Todos ellos comparten el mismo objetivo, regresarán para contar con minutos, de lo contrario apuesta por salir. Esta situación es complicada y es que si continúa Zidane en el banquillo, todos estarían en el mercado.
Por último entrarían futbolistas que no terminan de convencer aunque son apuestas de futuro. En este caso, serían Marco Asensio y Militao, jugadores que podrían tener sitio en el plantel pero por los que de llegar una importante oferta se escuchará.
Así se presenta el mercado estival para la escuadra blanca, que a su vez confía en renovar a Nacho, único de su generación que continuaría al menos dos años más en el equipo. Además de tener segura la continuidad de Kroos, Valverde, Mendy, Casemiro, Modric y Benzema, junto con Carvajal y los dos porteros, Courtois y Lunin. También estarían a salvo Vinicius y Rodrigo, así como los canteranos utilizados hasta la fecha por Zidane.