El PSG tenía claro hace semanas que lo mejor para todos era ampliar el contrato de Marquinhos. Pues bien, un tiempo después, y tras la crisis deportiva del equipo, eliminado de la Copa y con muchos problemas, existen dudas tanto en el jugador como en la directiva para cerrar la renovación del defensa.
El motivo no es otro que el bajón de rendimiento del capitán, que ha sido el blanco de las críticas de prensa y afición. Además, su actitud ha molestado y mucho a los aficionados parisinos, que no entienden que está pasando con el que hace poco era un intocable para ellos.
El hecho de haber pedido a Donnarumma que no saludase al público en el último duelo, indica que Marquinhos atraviesa un momento delicado: “En un grupo siempre hay líderes. Un capitán no puede ser el único que asume la responsabilidad en un equipo. Aunque no tengan el brazalete, hay líderes, gente que también va a hablar. ayuda en la toma de decisiones… ¡Trabajamos así!” afirmó. Palabras que no han sentado nada bien entre la prensa afín al club galo y que tampoco han gustado en las altas esferas.
Se repite la historia vivida con Thiago Silva, que de ser un intocable, de un día para otro, se vio fuera del equipo teniendo que buscar acomodo en el Chelsea, donde sigue mostrando un altísimo nivel.
El contrato de Marquinhos tiene validez hasta verano de 2024, pero a diferencia de su compatriota, si no hay renovación, no se esperará para darle salida gratis, si no que le sacará al mercado al finalizar la temporada. Varios clubes estarían interesados en hacerse con el central internacional con Brasil.