El FC Barcelona no las tendría todas consigo a la hora de renovar a Ousmane Dembélé. El extremo ha vuelto a caer lesionado y justamente cuando parecía que la mejora de contrato estaba al caer.
Esta nueva lesión ha hecho saltar las alarmas en la zona noble del Camp Nou y es que aunque se trataba de evitar con la renovación su salida a coste cero, para muchos directivos después de ver la fragilidad del extremo valorarían ya no proceder a la ampliación de contrato e intentar por todos los medios sacarlo del equipo en enero para intentar sumar algo.
Sin duda alguna, asumen que el fichaje del francés ha sido el peor negocio en la historia del club junto a Coutinho, y ahora mismo ambos se han convertido en un problema importante. El brasileño saldrá lo antes que se pueda, mientras que con Dembélé habrá que decidir. Se firma la renovación con el riesgo que conlleva o se acepta que el adiós del extremo entrará en los libros de historia del club como una nefasta gestión.
El problema para los azulgranas es que el tiempo apremia y es que de no firmar la renovación de inmediata, Dembélé será libre de negociar con otros clubes el próximo 1 de enero. Su última lesión atrasa todo y preocupa aún más al Barcelona, al que le han entrado las dudas sobre cuál es la mejor decisión en este caso. Laporta deberá decidir.
Juventus y Liverpool están muy atentos a dicha situación, y es que ambos querrían en sus filas al ex del Dortmund, que nunca cayó lesionado en la Bundesliga, y que hasta la fecha se ha perdido la mitad de los duelos con la elástica culé.