La renovación de Kevin De Bruyne con el Manchester City comienza a complicarse y es que tras la última propuesta del club al jugador, este se ha sentido ninguneado y valora ya un cambio de aires.
La oferta claramente ha sido a la baja y no es lo que se había pactado verbalmente hace unos meses, por lo que el belga considera que o bien no se le está valorando lo suficiente o se está guardando dinero para intentar el fichaje de Leo Messi. En cualquiera de los dos casos, esto le obliga a mirar al exterior y escuchará ofertas.
Parece que el City deberá aceptar las pretensiones del atacante si no quiere ver como una de las piezas angulares del proyecto de Guardiola refuerza otro gran club europeo.
Su actual contrato expira en 2023 y en cuanto a la duración del nuevo contrato no habría discusión, se ampliaría hasta 2025. La discrepancia vendría con respecto al sueldo, y es que las dos partes acordaron que el jugador incrementaría sus emolumentos hasta convertirse en el mejor pagado de la plantilla, algo que según la última oferta no sería así.
En cualquier caso, ambas partes han acordado verse de nuevo en las próximas semanas y por parte del City se espera una revisión de la oferta para no arriesgarse a perder al internacional con Bélgica.