La temporada continúa y se acerca a su recta final. Será entonces cuando Gareth Bale tenga que regresar al Real Madrid de su cesión en el Tottenham, salvo que el equipo inglés decida proceder a su contratación definitiva, algo que en estos momentos no parece posible.
El galés sabe que tiene la sartén por el mango y se aprovechará de su actual contrato para no perder ni un solo euro de lo acordado el día que firmó la renovación con la entidad de Chamartín. Para el futbolista está claro, o bien se queda su último año en el equipo blanco o aceptan abonarle su salario íntegro y finalizar así su vinculación en el Tottenham. En cualquiera de los dos casos, el Madrid pierde y Bale gana.
Para Florentino es inviable que el extremo se quede percibiendo su actual salario, y es que en el caso de regresar será con una importante rebaja salarial, algo que tanto Bale como su agente, Jonathan Barnett ya tienen claro que no aceptarán. Con esta situación la prioridad del presidente merengue es dar salida al expreso de Cardiff.
Con una ficha anual bruta de 30M€ para el Real Madrid es obligatorio no seguir contando con el jugador y liberar masa salarial, que además permitirá hacer frente a nuevos fichajes como Mbappé o Haaland.
La opción de la rescisión de contrato de Bale o una cesión a fondo perdido en el Tottenham gana peso.